Para muchos hombres sentirse cornudo aflora una enorme cantidad de emociones que va descubriendo a medida que va siendo más cornudo.
QUE SIENTE EL CORNUDO
El cornudo no disfruta estos momentos mediante el tacto, todo su disfrute radica en el cerebro. El hombre es muy visual, imaginativo, morboso, le encanta salirse de las normas establecidas. Dentro de su vida de cornudo encuentra el disfrute en muchos pequeños detalles que va descubriendo a lo largo de esta relación de a tres.
El cornudo siempre está deseando que su mujer le cuente detalles de su aventura con el bull-corneador.
El cornudo desea a veces ser humillado, sometido o incluso ridiculizado. El corneador debe explorar bien la mente del cornudo para descubrir el grado de sometimiento que es capaz de aceptar. El ejemplo básico de humillación hacia el cornudo se produce cuando el bull tiene un pene mas grande que el cornudo. El hecho de que el bull se acueste con la mujer en la misma cama de matrimonio hace sentirse al cornudo más humillado.
Hay hombres que se cansan de la rutina y delegan en otros la responsabilidad de hacer disfrutar a su mujer.
Hay hombres que consideran a su mujer guapa, sexy y caliente. Compartirla así es su manera de decirle a otro hombre mira lo que tengo.

Existe un miedo morboso a perderla y eso excita a algunos hombres.
Una pequeña proporción de cornudos sienten que ya no rinden en la cama ya sea por disfunciones sexuales o por rutina y quieren ceder esta labor a un verdadero Bull o Toro que satisfaga plenamente a su mujer.
Casi todos los hombres tenemos cierto gusto voyeurista, nos encanta mirar contenido erótico. Es por ello que la mayor parte de los cornudos cuando ven películas porno sienten un gran deseo de que su mujer fuera la actriz que están viendo en la película. Para ellos sería como ver una película X en la que la actriz principal sería su mujer. El cornudo disfrutará activamente estando presente en la casa, espiar desde la puerta. Le encantará observar desde la penumbra cómo el bull-corneador acaricia y excita a su mujer. Disfrutará enormemente si el corneador le llama para que se acerque a disfrutar de muy cerca en el momento que el corneador la vaya a empotrar de la manera más enérgica.
Muchos cornudos pueden sentir el poder y dominio de ceder la sexualidad de su mujer a otro hombre.
Una pequeña parte de los hombres que sienten morbo de ver a su mujer con otro hombre tienen cierta bisexualidad. Sienten un morbo parecido al que sentirían muchos heteros si viesen a su mujer besando a otra mujer. Pero no es lo usual, casi todos los cornudos son heterosexuales…
Los vecinos no saben que eres un gran cornudo. Es un aliciente morboso saber que llegas a tu vecindario cómo un honorable vecino y según entres por la puerta de tu casa puedes encontrarte al bull empotrandose a tu mujer a cuatro patas mientras te llama cornudo. Es divertido llegar al trabajo como persona ejemplar y saber que el amante de tu mujer ha aprovechado ese momento para ir a desvestir a tu mujer.

Algunos cornudos tienen un carácter generoso y hasta servicial y harán todo lo posible por que el corneador se sienta a gusto con su mujer. Estarán atentos a servirte algo de beber si lo deseas o a dejarte preparada una toalla para que te duches si te apetece.
Algunos cornudos han sido educados en ambientes familiares rígidos y encuentran en esta práctica una manera de liberarse. Algunos cornudos son jefes o responsables de empresas. Tienen bajo su mando grandes equipos de trabajadores. Ser cornudos e incluso sumisos les sirve para cambiar de costumbre y supone para ellos un cierto placer y desahogo ya que siendo cornudos y sumisos se alejan radicalmente de la tensión y rutina del trabajo.
El cornudo se siente profundamente feliz si ve que su mujer disfruta enormemente con el corneador.
El corneador debe conocer bien la mente de su cornudo para alimentar constantemente su mente con situaciones que lo exciten.